La formación en la empresa, un proceso imprescindible
La formación en la empresa es un proceso continuo de mejora que cada vez incorporan más organizaciones. Los resultados son muy favorables, lo que convierte esta tendencia en un punto casi imprescindible para las empresas que quieran seguir creciendo. Este tipo de formación va dirigida a los trabajadores; y, habitualmente, se imparte por empresas ajenas a la misma.
Hoy hablaremos más sobre la formación continua en la empresa, los objetivos que persigue y cómo se lleva a cabo. Recuerda que este proceso forma parte del área de recursos humanos. Si quieres aprender más sobre este sector, no puedes perderte el Máster en Dirección de Recursos Humanos.
Índice de contenidos
¿Qué es la formación en la empresa?
Gustave Flaubert, escritor francés, afirmaba que “la vida es una continua educación”. En el campo del trabajo asalariado, no es distinto. Tanto en el ámbito personal como el profesional, la formación continua es imprescindible para mejorar nuestro rendimiento y productividad, ampliar conocimientos y perfeccionar nuestras habilidades. Según diversos estudios, la inversión en formación empresarial se ha duplicado en la segunda década de los dos mil. En la actualidad, sigue creciendo y se están incorporando novedades como el uso de nuevas tecnologías o el teletrabajo.
Según William McGehee y Paul W. Thayer, autores de Training in Business and Industry, la formación en la empresa es “un procedimiento formal que utiliza una organización para facilitar el aprendizaje, de modo que la conducta resultante contribuya a alcanzar las metas y los objetivos de la organización”. En dicho procedimiento se adquieren actitudes, conocimientos o conceptos que mejoran el desempeño del trabajo y, por ende, aumentan la productividad.
La formación continua es financiada, de forma directa o indirecta, parcial o total, por las empresas. Habitualmente, la empresa interesada en recibir la formación contrata los servicios de empresas especializadas en formación empresarial.
¿Por qué apostar por la formación continua?
La formación continua empresarial reporta beneficios tanto para las compañías como para sus trabajadores. Permite aumentar la productividad y en rendimiento, fomentar el trabajo en equipo y adaptar la estrategia de recursos humanos a las nuevas tendencias de negocios. Para los trabajadores, la formación en la empresa conlleva los siguientes beneficios:
- Adquieren nuevas habilidades y mejoran sus competencias profesionales. Por otro lado, aumenta la confianza al desempeñar sus responsabilidades.
- Aumenta la satisfacción y la motivación de los trabajadores. Asimismo, la posibilidad de promoción interna en la empresa se potencia.
- Se fomenta la participación y el trabajo en equipo; y, además, facilita la coordinación entre los empleados.
- La innovación aumenta.
- Los errores y accidentes de trabajo disminuyen.
Para las compañías, la formación continua supone lo siguiente:
- Permite identificar las fortalezas y las debilidades de los empleados, lo que mejora el reparto de funciones y la asignación de tareas.
- Por otro lado, se reduce el índice de rotación de personal. Gracias a ello, el talento permanece en la empresa.
- Refuerza la relación entre los miembros de la empresa, así como la cultura organizacional.
- Gracias a la formación continua, la empresa tiene la oportunidad de consolidar los valores y la misión de la compañía entre sus empleados.
- Contribuye a generar estrategias de branding para la empresa y a mejorar la reputación de esta.
- Al reducirse los errores y accidentes laborales, se reducen los costos. El aumento de la productividad, en contraposición, aumenta los resultados económicos.
- Gracias a la innovación, se crea una ventaja competitiva frente a la competencia.
¿Cómo se implementa la formación continua empresarial?
Hay que tener en cuenta que la formación en la empresa debe ser un proceso sistemático y planificado. Debe constar de diversas etapas y, para planificarla, hay que seguir diversos pasos.
1. Identificación de las necesidades formativas
Las iniciativas propuestas por la empresa tienen que estar dirigidas a satisfacer las necesidades de cada trabajador, así como a preparar al equipo ante los posibles cambios del mercado. Por otro lado, hay que prestar una especial atención a la actualización tecnológica y adaptar los procesos de trabajo a estas. De esta forma, podremos ver en qué áreas se puede implementar un proceso de mejora. Para llevar a cabo esta etapa, se realizarán entrevistas, encuestas, tests de conocimiento y una evaluación del desempeño.
2. Diseño del plan formativo
Una vez hayamos definido qué aspectos o áreas hay que desarrollar y mejorar, tanto a nivel personal como de la organización, hay que elaborar las acciones o el plan de formación en la empresa que seguiremos. En este plan formativo deben figurar los beneficiarios, la fecha en la que se imparte y la metodología. Gracias a Internet y a los nuevos canales de comunicación la metodología puede ser, además de presencial, online, blended learning, es decir, un mix entre online y presencial; y, finalmente, in company, es decir, que el docente o quién imparte la formación se desplaza hasta la empresa.
3. Análisis de los resultados
Una vez finalizada la formación en la empresa, hay que evaluar el impacto de las acciones y los resultados obtenidos. Los indicadores que ayudarán a recoger los resultados del programa formativo son:
- Resultados de gestión. Son aquellos relativos a aspectos organizacionales de la formación. Miden el costo por curso, el gasto por empleado o el ratio de alumno por tutor, entre otros.
- El efecto. En este punto analizamos la opinión de los trabajadores sobre la formación recibida.
- Resultados. En esta última parte analizaremos el éxito de la formación mediante la observación de la superación del programa, las calificaciones obtenidas y la valoración del tutor y del alumno, entre otros.
Finalmente, y pasado cierto período de tiempo, se analiza el impacto que la formación empresarial continua ha tenido en los trabajadores. Comprobaremos la eficiencia de esta y si realmente ha logrado aumentar la motivación de los trabajadores, a medio o largo plazo, y si ha mejorado la productividad y el desempeño laboral del equipo.