La importancia del valor nutricional de los alimentos
El valor nutricional de un alimento nos brinda información sobre los nutrientes que este nos aporta. Es una información cada vez más demandada por los consumidores, ya que la conciencia sobre la importancia de tener una alimentación sana y equilibrada es cada vez mayor. Sin embargo, muchas personas desconocen que la información nutricional de un alimento puede cambiar por diversas razones. ¡Sigue leyendo si quieres saber más sobre este tema!
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Índice de contenidos
¿Qué es el valor nutricional?
El valor nutricional de un alimento, también conocido como valor nutritivo, determina el valor energético y la carga de nutrientes del mismo: grasas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas, vitaminas y minerales, sal, etcétera. Desde el 13 de diciembre de 2016 es obligatorio que en el envase de los alimentos aparezca la etiqueta con la información nutricional de ese producto, añadida en el siguiente orden:
- Valor energético, expresado en kilojulios -kJ- y kilocalorías -kcal-.
- Grasas y grasas saturadas. En algunos casos también se incluyen las grasas poliinsaturadas y las monoinsaturadas.
- Hidratos de carbono y azúcares. En algunos casos, también se añaden los hidratos procedentes del almidón y de los polialcoholes.
- Proteínas.
- Sal.
- Fibra alimentaria, vitaminas y minerales (hierro, vitaminas del grupo B, potasio, etc.).
La información nutricional de los alimentos suele aparecer en el anverso del paquete del producto. En algunos casos, también aparece en la parte delantera del envase. Aquí figura el valor energético, las grasas, grasas saturadas, los azúcares y la sal. Este etiquetado se utiliza en alimentos que tienen un valor nutricional poco saludable: bollería, alimentos procesados, patatas fritas de bolsa, etcétera.
El valor nutricional de los alimentos se determina por su composición química y depende de diversos factores: el estado de producción, la climatología, el tratamiento fitosanitario y de fertilización, el almacenamiento, la transformación del producto y el estado de madurez del fruto, entre otros. Una fruta madura tiene un valor nutricional distinto a la misma fruta cuando aún está verde. Del mismo modo, una patata también tiene un valor nutricional distinto si está cocida, frita o asada al horno. También hay que tener en cuenta los condimentos o aderezos que añadimos a un plato; no es lo mismo cocinar con aceite que con mantequilla.
¿Por qué es importante conocer la información nutricional?
Para tener una alimentación saludable es esencial evitar productos procesados o con una cantidad alta de grasas saturadas, azúcares refinados y sal. Conocer el valor nutricional de lo que comemos nos puede ayudar a saber qué alimentos son saludables y cuáles no. Sin embargo, no hay que obsesionarse con las calorías ni ponerse a contar cuántas consumimos a lo largo del día, ya que podría desencadenar en un trastorno de la alimentación.
Cada vez le damos importancia a saber qué comemos, con qué ingredientes está hecho el producto y qué nutrientes nos aporta. Las dudas surgen principalmente cuando se trata de productos envasados o procesados. En algunos casos, la etiqueta del valor nutricional está teñida en verde, si es saludable; amarillo, si es de consumo eventual; o roja, si es poco saludable y contiene una gran cantidad de grasas y/o azúcares. Esta guía nos ayudará a saber si un alimento es bueno o no para la salud y con qué frecuencia hay que consumirlo. Sin la información nutricional, no sería posible conocer los ingredientes y el valor nutricional de estos productos.
Curiosidades sobre el valor nutricional
Como hemos mencionado con anterioridad, el valor de los alimentos puede cambiar en función de su estado o de cómo haya sido transformado y procesado, entre otros factores. A continuación, os explicamos algunas curiosidades del valor nutricional.
- El azúcar refinado que ha sido procesado varias veces produce descalcificación en nuestro organismo. Es perjudicial para la salud, por lo que conviene utilizar otro tipo de endulzantes, como la miel o el azúcar de panela.
- Tanto el azúcar refinado como las harinas refinadas carecen de las vitaminas y minerales que el mismo producto integral. Esto se debe a que el proceso para refinar la harina acaba por darnos un producto que únicamente contiene gluten y almidón. Podemos utilizar pasta, arroz y harinas integrales para aportar nutrientes de calidad a nuestro cuerpo.
- Hay que evitar las grasas saturadas, pero no las poliinsaturadas y las monoinsaturadas, ya que son saludables para el organismo. Los frutos secos, el aguacate y el aceite de oliva, por ejemplo, son alimentos ricos en grasas saludables. Algunos aceites que conviene evitar son el aceite de girasol, el aceite de coco y el aceite de palma.
- Las grasas hidrogenadas, también llamadas grasas trans, son aún peores que las grasas saturadas. La hidrogenación de las grasas vegetales es muy perjudicial para el organismo y hay que evitar alimentos que las contengan; por ejemplo, la bollería industrial o los productos fritos procesados.
- Algunos alimentos pierden ácido ascórbico y ácido fólico cuando se marchitan debido a la mala conservación. Asimismo, la congelación y la deshidratación de hortalizas y verduras puede suponer la pérdida de parte de las vitaminas y la disminución de la calidad del producto.