¿Cómo identificamos la ropa sostenible de la que no lo es?
La ropa sostenible ha llegado para quedarse y, al contrario de lo que piensan muchas personas, no se trata únicamente de cuidar el medio ambiente. La moda sostenible se sustenta sobre tres grandes pilares: el cuidado del medio ambiente, el bienestar social y el crecimiento económico. ¿Y de qué forma se cumplen estas premisas? De ello hablaremos en este nuevo blog, ¡así que no te lo pierdas!
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Índice de contenidos
¿Qué es la moda sostenible?
Cuando hablamos de ropa sostenible o moda ecológica se nos vienen a la cabeza todas las etiquetas “eco”, el color verde o marrón y una serie de ideas acerca de lo que representa el ecologismo para la sociedad y para el cuidado del planeta. Las bases del modelo de negocio de la moda sostenible están enfocados a la conservación de los recursos naturales y a reducir al máximo el impacto ecológico de la industria de la moda; además, también persigue mejorar y respetar las condiciones económicas y laborales de los trabajadores que participan en todo el proceso productivo, desde la recogida de materias primas hasta la comercialización del producto. Por lo tanto, además de ecologismo, estamos hablando de ética.
Podríamos definir la moda sostenible como una corriente o filosofía de pensamiento, producción y uso de prendas y accesorios basados en los siguientes valores:
- Minimizar el impacto medioambiental para reducir el cambio climático y recuperar la salud del planeta.
- Garantizar los derechos laborales de los trabajadores de la industria de la moda.
- Implementar una economía circular basada en el crecimiento cualitativo, competitivo, eficiente e innovador. Dejar atrás las políticas cuantitativas y apostar por nuevos métodos de mejor calidad.
¿Cuáles son las características de la ropa sostenible?
Como hemos comentado con anterioridad, para que una prenda sea sostenible debe reunir algunas características, que comentaremos a continuación.
1. El diseño
Para crear una pieza de ropa ecológica debemos partir desde el diseño de la misma. Tenemos que tener en cuenta diversos aspectos.
- Zero Waste. El diseño de la prenda y la composición de los patrones debe aprovechar al máximo el tejido, evitando desperdicios y una gran pérdida de material. Además, también podemos recuperar prendas antiguas y aprovechar los materiales de calidad de esta. Es lo que se conoce como upcycling.
- Cradle to Cradle. Se basa en que la elección de los tejidos tiene que aportar algo positivo para el medioambiente, además de reducir el impacto negativo. Por ejemplo, utilizar tejidos que se puedan reciclar fácilmente o que sean compostables. También se pueden utilizar tejidos reciclados o fabricados a partir de diversas prendas. Actualmente sigue sin existir ningún método mediante el cual se pueda reciclar el algodón o el poliéster.
- No siempre seguir la moda. Para que una prenda pueda catalogarse como ropa sostenible, también hay que tener en cuenta su diseño estético y la calidad de la prenda. Por lo tanto, sería conveniente fabricar diseños atemporales y de calidad, que se alejen de las tendencias que cambian cada temporada. Este punto no está reñido con la innovación, al contrario. Una prenda de este estilo puede ser muy creativa y tener mucha más personalidad que una pieza de ropa convencional. Además, la moda sostenible innova día tras día buscando nuevos tejidos respetuosos con el medio ambiente y con la sociedad.
2. Fabricación
La base de cualquier prenda de ropa es el tejido. El origen de un tejido proviene de la materia prima, en este caso, las fibras extraídas de vegetales, animales y otros materiales sintéticos. Una vez procesadas, dichas fibras se convierten en el tejido de nuestras prendas. Para que un tejido sea catalogado como tejido sostenible, su base debe ser una de las siguientes:
- Fibras naturales: algodón orgánico, bambú, cáñamo o tencel. En todos los casos, deben ser cultivadas con la agricultura ecológica.
- Pieles de curtición vegetal obtenidas de ganadería ecológica.
- Fibras naturales o sintéticas que se obtienen mediante el reciclaje de tejidos o a partir de desechos de diversa procedencia. En este caso hay que minimizar el gasto energético, eliminar el uso de químicos tóxicos y reducir al máximo las emisiones de CO2.
- Fibras compostables, es decir, materiales que se degradan hasta convertirse en abono.
3. Tintes y estampación
Los productos que se utilicen para teñir y estampar todo tipo de prendas no pueden ser tóxicos, ya que contaminan las aguas y perjudican la salud de los trabajadores de la industria. Por lo tanto, es imprescindible utilizar tintes naturales y estampados libres de tóxicos y/o biodegradables. Además, procura que la prenda de ropa cuente con el Certificado GOTS o el sello Oeko Tex.
4. Manufactura
La ropa sostenible cuenta con una manufacturación ética y bajo unas condiciones laborales dignas. Las marcas tienen que garantizar que se cumplan los derechos laborales, así como los criterios de comercio justo. Hablamos de jornadas adecuadas, garantías de seguridad y salubridad, salarios dignos y rechazo total a la explotación infantil.
5. Embalaje y transporte
El embalaje genera residuos, ya que es un elemento de un solo uso que, muchas veces, es totalmente innecesario. Por lo tanto, tenemos que usar un packaging reciclable o reutilizable. Podemos innovar de muchas formas y dar rienda suelta a la creatividad para encontrar alternativas al plástico y otros componentes tóxicos y residuales. Por otro lado, el comercio electrónico también contamina. Hay que tener en cuenta que cada vez compramos menos en el punto de venta físico, y que el paquete y el embalaje de las prendas que recibimos en casa también son contaminantes. Además, debemos tener en cuenta el gasto energético del transporte de los pedidos a domicilio y los pedidos a la tienda física. Una solución ante este problema es la producción y el comercio local frente a la deslocalización.