5 consejos para sobrevivir a la astenia primaveral
Los cambios de estaciones también producen cambios en el cuerpo y en la mente humana. Entre ellos, podemos sentirnos más débiles, tristes o cansados. Este conjunto de síntomas, junto con otros de los que también hablaremos, se conoce como astenia primaveral. Recordemos que también existe la llamada astenia otoñal, cuyos síntomas son los mismos. Hay personas que no han logrado salir de la de otoño, que se meten en la de primavera. Si formas parte de este grupo, te recomendamos que sigas leyendo, ¡ya que vamos a explicarte qué hacer para paliar los síntomas y dar la bienvenida a la primavera con los ánimos al 1o0%!
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¿Qué es la astenia primaveral?
Con la llegada de la primavera, también llega el sol, la brisa, el buen tiempo, los mosquitos y el polen. Un poco de todo, para todos los gustos. Para las personas con alergias también llega el momento en que tienen que empezar a cuidarse de más, a cerrar ventanas, a evitar la calle en ciertas horas. Para otras personas, la llegada de la primavera viene acompañada de la astenia primaveral. Esta “dolencia”, porque no está catalogada como trastorno, recoge una serie de síntomas leves que suelen remitir en cuestión de días o semanas. Sin embargo, durante el tiempo que permanece, puede llegar a complicar el día a día de quien la padece.
La astenia primaveral no es un diagnóstico médico, y tampoco existe una evidencia científica que demuestre al 100% que estos síntomas se deben estrictamente a la primavera. Sin embargo, sí se considera una respuesta de adaptación del cuerpo humano al cambio de temperatura, de luz y de horarios. Véase el cambio de hora en España, por ejemplo. A pesar de haber solo una hora de diferencia, muchas personas afirman experimentar algo parecido a un jet lag, que les puede durar días incluso. Las horas de luz son determinantes para regular el ritmo biológico, por lo que un cambio en el horario puede afectarnos más de lo que creemos.
Algunos estudios indican que la astenia prevalece en mayor medida en mujeres de 30 a 50 años; otros estudios, por otro lado, afirman que ligeramente afecta más a los hombres. En definitiva, no hay datos exactos.
Síntomas y tratamiento
En primer lugar, cabe decir que la astenia primaveral no afecta a todas las personas por igual. La sensación que produce esta dolencia es de fatiga o debilidad generalizada. De hecho, la palabra astenia proviene del griego “asthenia”, que significa “cualidad de estar sin fuerza”. Además, esta sensación de cansancio puede ir acompañada de:
- Fatiga intelectual.
- Dificultad para concentrarse.
- Pérdida de memoria.
- Dolor de cabeza.
- Problemas para dormir.
- Irritabilidad.
- Ánimo apático o más bajo de lo habitual.
Estos síntomas son parecidos a los que podría producir un cuadro de ansiedad leve o el estrés. Sin embargo, su duración es más corta y, por lo tanto, en principio no sería necesario tratarlos. Se consideran una respuesta de adaptación, por lo que en cuestión de días o un par de semanas, todo debería volver a la normalidad.
Si los síntomas permanecen durante más tiempo, son muy intensos o presentan otras manifestaciones, podrían estar asociados a otros problemas de salud no diagnosticados. Por ejemplo, algunas alergias que producen problemas respiratorios pueden tener originar un cuadro de astenia. Cuando no existe una enfermedad asociada a dichos síntomas, es cuando decimos que la astenia de primavera se debe a un cambio de carácter hormonal y de regulación del organismo. Sin embargo, si tienes estos síntomas y crees que te están afectando más de lo “normal”, deberías acudir a un médico o a un psicólogo.
Trucos para hacer frente a la astenia primaveral
Como hemos mencionado con anterioridad, la astenia primaveral no se considera una enfermedad, por lo que no tiene un tratamiento específico. Sin embargo, podemos poner en práctica algunos cambios en nuestros hábitos de vida para reducir los síntomas del cambio de estación y mejorar nuestra calidad de vida.
- Cuidar la alimentación. Llevar una alimentación saludable y equilibrada es importante todo el año, ya que la alimentación afecta de forma directa a nuestras emociones. Hay que evitar el consumo de azúcar, grasas saturadas e hidratos de carbono refinados; y aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos, frutas, verduras y proteína de calidad. Recuerda, además, mantener un horario regular de comidas.
- Hidrátate. Una vez más remarcamos la importancia de una buena hidratación. Se recomienda que por cada 25 kg de peso, se beba un litro de agua, más incluso cuando hace mucha calor o se practica deporte. El agua es imprescindible para que el organismo funcione. Si lo tuyo no es beber agua, prueba a beber infusiones.
- Reducir el consumo de café. Se recomienda reducir el consumo de bebidas con cafeína o teína. La nicotina también debe evitarse, por lo que si eres fumador/a, déjalo o reduce el consumo de tabaco.
- Establece un horario de sueño regular. Lo ideal es acostarse y levantarse siempre a la misma hora, aunque haya aumentado el número de horas de luz. Además, recuerda que para un descanso óptimo hay que dormir entre siete y ocho horas diarias.
- Practica deporte. El deporte genera sensación de bienestar, ya que el cuerpo produce endorfinas, una hormona encargada de producir placer. Además, el deporte mejora la calidad del sueño y ayuda a prevenir numerosas enfermedades; así como a mejorar la condición física de quien lo practica. No tienes por qué practicar deporte muchas horas al día. Basta con realizar un rato de ejercicio físico moderado cada día o bien varios días a la semana. Notarás el cambio.